viernes, 19 de abril de 2013

Asamblea y Ponencia Sobre el Funcionamiento de los Dispositivos de Salud Mental en Granada

Mercedes Rueda Linaza ha venido a compartir con los Sapamistas la asamblea de cada jueves y a informarnos sobre los cambios que están aconteciendo en el ámbito de la salud mental.

Una de sus frases que más han gustado es que " las relaciones humanas son la principal estrategia terapéutica en Salud mental" ya que va muy en consonancia con la filosofía del movimiento asociativo.
Mercedes ha aportado generosamente un extenso esbozo de la problemática que puede darse en un futuro cercano y que, si cabe, de algún modo se vienen dando en los dispositivos para usuarios de salud mental. No la hago responsable de esta entrada de blog pero de su charla y debate con nosotros, estas son las aportaciones que podemos añadir si sirven a alguien:

Con los nuevos recortes y el cambio de modelo de gestión (un solo ámbito para lo que antes eran dos áreas separadas en granada, el hospital San Cecilio y el hospital Virgen de las Nieves), se está luchando para que (de hecho se notifica al gerente del nuevo CHGr, complejo hospitalario de granada) no se masifiquen los dispositivos por falta de espacio y el cambio de las instalaciones no provoque merma en el supuesto ambiente terapéutico de los dispositivos.

Es sabido por todos, estudios así lo ponen de manifiesto, lo iatrogénico e incluso lo perjudicial, por ejemplo, de una unidad de agudos masificada, con poco silencio, alboroto, y heterogeneidad y disparidad de casos. El ambiente se muestra primordial.
Unas instalaciones poco habitables y poco cómodas o muy cerradas, pueden incidir en la pérdida de calidad asistencial y, de hecho, puede ocurrir en dispositivos como las Unidades de Rehabilitación de Área o las Comunidad terapéutica de Alfacar que serán trasladadas a edificios urbanos: Hay escasez de dinero.




Mercedes ha hecho un ejercicio de memoria y nos ha informado de lo que ha ido ocurriendo desde la famosa reforma psiquiátrica del 1984-85; lo que se ha ganado y el terreno que se puede perder.

Antes de la reforma, en la atención psiquiátrica cualquier problema era equiparable a la institucionalización de un sujeto, o mejor dicho, no había otra cosa que no fuera el psiquiátrico. En la coyuntura política de los años 80 se hizo un gran esfuerzo para el cambio. Los ocho grandes hospitales psiquiátricos de Andalucía (dependientes de las diputaciones provinciales) eran germen de segregación, aislamiento, estigma, y horror, si me apuran, a grandes dosis. Los loqueros te llevaban; todo dependía de una simple decisión, y el individuo quedaba marcado e institucionalizado de por vida, muchas veces por simples majadería/s. En nuestros corazones ha quedado lo que queda por avanzar.




En mayo de 1985 se hizo el documento que ponía la base de la reforma psiquiátrica para que los afectados pudieran, nada más ni nada menos, que simplemente vivir. Los objetivos de dicho documento fueron:

-Erradicar la institucionalización

-Desarrollar otro tipo de dispositivos ya sanitarios e incluso socio sanitarios

-Hacer hincapié en el modelo comunitario (uso de recursos y del medio... social, ambiental, cultural)

-La integración en el sistema comunitario

-Intentar que esos dispositivos formasen una red socio sanitaria

En 1986 aparece el SAS (sistema andaluz de salud), en virtud del esfuerzo de todos (profesionales y clase política y trabajadores de Andalucía), pero tras la reforma hasta 1988 no empiezan, estos objetivos, a formar parte de dicho sistema Andaluz; por falta de fondos no había sido posible una red única asistencial, pese al plan de intenciones reformista.
Ya sabemos todos más o menos como va eso de ir al médico. Bien, pues
hoy que se podría pensar que hemos avanzado mucho desde que los profesionales y la AEN (asociación española de neuropsiquiatría) aventuraban a mediados de los 80 las bases de la reforma, es un sentir generalizado que el modelo comunitario parece estar desmantelándose a nivel nacional; por privatizaciones, perdida de calidad asistencial y merma de dispositivos o un largo etcétera si nos remitimos a las historias individuales de muchos usuarios.

No hay que olvidar que en el último plan integral sobre salud mental de Andalucía (PISMA 2008-20012), en su línea estratégica número 13 se incluye por ley la participación ciudadana (valga el ejemplo del movimiento asociativo también de familiares) y la ayuda mutua entre usuarios. Con lo que la posibilidad de ser tenidos en cuenta en la práctica, teóricamente ha mejorado.

Desde la perspectiva de los usuarios hay que resolver sin duda muchos interrogantes; por ejemplo las condiciones dudosas de muchos ingresos, el ensayo y error y la arbitrariedad del tratamiento ofertado, el excesivo tiempo de permanencia en los dispositivos, el por qué de diagnósticos con varias etiquetas, o simplemente las consecuencias perjudiciales para la salud y la vida de las intervenciones antes que la primacía de los derechos individuales universales como ciudadano.

Todo queda, es así, en manos de la administración, especialistas y gestores. Nuestro ánimo más sincero para obrar ecuánimemente y con humanidad, dado que rotundamente y en esto muchos estarán de acuerdo conmigo, la enfermedad mental no es culpable.    

Las leyes pueden mejorar en su aplicación. Como decía Ortega y Gasset: que la especialidad no termine con la ciencia; que nuestra dignidad y nuestra esperanza ante las situaciones excepcionales sirvan las veces para tolerar simples extravagancias, y que justamente los valores democráticos sigan sosteniendo esta civilización nuestra de libertades y justicia




En resumen y en positivo, gracias a los que han hecho posible la línea 13 del PISMA, a la memoria de todos los veteranos, y a todos los que viven la salud mental de forma clara y sin explicaciones mágicas o, no sabría decir, patologizadas o patologizadoras.
Saludos cordiales.

Con cariño, Antonio luque fernández.

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